Situación actual y recomendaciones
En este momento las colmenas se encuentran saliendo de la invernada e iniciando su ciclo de postura (en general ya tienen 4 cuadros con cría). Los niveles de reservas (cuadros con miel y polen) dependen de las prácticas de manejo previas a la invernada y de las características particulares de cada zona de producción, por este motivo, mientras algunas colmenas aun cuentan con reservas, en otros casos los apicultores ya iniciaron la suplementación energética. La falta de precipitaciones afectó la presencia de especies de relevancia apícola retardando el ingreso de néctar y polen a las colmenas.
La primavera es uno de los períodos en que la disponibilidad de alimento en cantidad y calidad es imprescindible para el desarrollo de la colonia. Los inviernos prolongados y las heladas tardías afectan directamente el desarrollo de la flora de importancia apícola restringiendo el ingreso de néctar y polen, que son los estímulos naturales para la postura de la reina. Por otra parte, existen especies particularmente sensibles a las lluvias que pueden “lavar” las flores, perdiéndose la oportunidad de su aprovechamiento, como el caso del chañar o el caldén. Por eso es que el inicio del desarrollo primaveral depende en gran medida del incentivo en forma de suplemento energético que el apicultor brinda a las colmenas. Si no hay suficiente néctar y polen el apicultor deberá continuar con la suplementación para satisfacer esos requerimientos. Las mayores pérdidas de colmenas suelen producirse durante el inicio de la primavera y la falta de alimento suele ser una de las causas, por lo que el apicultor debe estar atento para cubrir esta demanda.
La necesidad de suplementación en los próximos meses dependerá de los factores climáticos que puedan afectar tanto la disponibilidad de néctar y polen como la posibilidad de vuelo de las abejas, ya que temperaturas menores a 16°C, vientos superiores a 20 km/h, días nublados y precipitaciones disminuyen la
capacidad de pecoreo de las abejas.
En cuanto a la sanidad, a principios de septiembre será necesario realizar la inspección sanitaria de todas las colmenas, procurando detectar y controlar enfermedades claves como loque americana. En el caso de varroa, es necesario monitorear en cada apiario el 10 % de las colmenas (con un mínimo de 6 colmenas). Si al menos una de las muestras llega en este momento al 2 % de varroa se recomienda realizar un tratamiento con acaricidas de síntesis, mientras que con valores menores se podrá curar con acaricidas orgánicos.
Las restricciones alimenticias y las bajas temperaturas favorecen además el desarrollo de enfermedades como loque europea o cría yesificada. La multiplicación de las colmenas se realiza en general a mediados de octubre. La ocurrencia de lluvias y fuertes vientos en este período puede afectar la fecundación de las reinas en las nuevas colonias.
Las actividades que se realicen en septiembre, octubre y noviembre serán determinantes del aumento de capital productivo mediante la multiplicación, y del estado de las colmenas al inicio del flujo de néctar (diciembre), incidiendo directamente en el potencial de cosecha.